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NO NAToS

Un aborto no es el fin de una vida. Es un nuevo viaje del alma

Es intenso el dolor que deja la pérdida, los planes rotos, las ilusiones desvanecidas, y surgen las culpas y los miedos.

El cuerpo que, hasta ese momento, se preparaba para acoger una vida, queda vacío, enfrentando un arduo camino por delante para adaptarse a las nuevas circunstancias.

Pero la madre y el padre no son los únicos que quedan atrapados en la incertidumbre, que atraviesan días de incomprensión y sin lograr entender nada.

Un alma os había elegido como padres, había acordado vivir esa vida marcada por las decisiones tomadas antes de llegar. Ahora, igual que vosotros, puede sentirse perdida, aferrada a una vida que no empezará, y necesita nuestra ayuda para seguir su camino.

A esta vida, tal como la conocemos, venimos a aprender lecciones vitales para la existencia de nuestra esencia. De ahí que haya historias crudas ante nuestros ojos, en las cuales aprendemos muchísimo, y otras más tranquilas, en las que descansamos y fluimos.

Nuestra alma se prepara antes de comenzar una nueva vida terrenal. Debe elegir a los padres, decidir cuándo llegará y escoger los aprendizajes que realizará a lo largo de este nuevo camino que emprenderá en unos meses.

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El primer paso en el que nos enfocaremos será cortar cualquier vínculo energético que pueda haber quedado entre vuestras almas. Solo de este modo lograréis liberaros, permitiendo que cada uno siga su camino sin cargas que lo retengan.

Cuando partimos de este plano, arrastramos energías, memorias o bloqueos que necesitan ser liberados y purificados para poder continuar el proceso con calma y paz. Así, ayudaremos al ser no nacido a dirigirse hacia la luz, donde podrá elegir unos nuevos padres y una nueva vida.

Cuando una madre sufre un aborto, el impacto emocional y energético es profundo y multifacético. Emocionalmente, se enfrenta a un torbellino de dolor, pérdida, culpa, y a menudo una sensación de vacío que parece imposible de llenar. Se desmoronan los sueños y las expectativas que había depositado en esa nueva vida, creando un duelo único que no siempre es comprendido por quienes la rodean. A nivel energético, su cuerpo, que se había preparado para albergar una nueva existencia, queda desequilibrado. La conexión con el alma de ese ser, que ya había comenzado a formarse, puede dejar la sensación de un lazo incompleto, generando bloqueos emocionales o espirituales. Este proceso no solo afecta a su bienestar físico y mental, sino también a su esencia más profunda, que necesita tiempo, cuidado y apoyo para sanar y restablecer su equilibrio.

Los vínculos energéticos entre una madre y un hijo no nacido son profundos y complejos, formados desde el momento en que el alma del bebé elige a su madre y comienza su conexión. Este lazo no solo se basa en la biología, sino también en una unión espiritual y energética que trasciende el plano físico. En algunos casos, la energía del bebé no nacido puede quedarse cercana, especialmente si su partida fue inesperada.

El alma de una criatura que no llega a nacer experimenta un proceso de transición único, profundamente ligado a su propósito y las circunstancias de su partida. El alma ha hecho acuerdos previos antes de encarnar, incluyendo el no completar su desarrollo en este plano físico.

Cuando el feto no nace, el alma no se pierde ni desaparece; más bien, regresa al plano espiritual, llevando consigo las lecciones y experiencias obtenidas durante su breve conexión con la vida terrenal. Puede ocurrir que el alma experimente confusión o un apego temporal hacia la vida que no llegó a desarrollarse plenamente, especialmente si los vínculos emocionales con los padres o su gemelo, de haberlo, son fuertes o si la transición fue inesperada.

En estos casos, se considera importante facilitar un proceso de liberación energética y amorosa, ayudando al alma a comprender su situación y a dirigirse hacia el sitio que le corresponde. Una vez en paz, esta alma puede elegir reencarnar en otra oportunidad, seleccionando nuevos padres o incluso regresando a la misma familia, según los pactos y aprendizajes que desee completar en su viaje evolutivo del alma..

A nivel emocional, el padre puede experimentar una combinación de tristeza, impotencia y culpa. En muchos casos, se enfrenta al reto de procesar su duelo en silencio, ya que la atención suele centrarse en la madre. Esto puede llevar a una sensación de aislamiento o a reprimir sus emociones, lo que puede resultar en una acumulación de tensión y sufrimiento interno.

Energéticamente, el padre también comparte un vínculo con el hijo no nacido.Si el padre no logra liberar esta energía, puede sentirse atrapado en una especie de estancamiento, experimentando una desconexión con su propio centro energético.

Espiritualmente, la pérdida puede llevarlo a cuestionar el propósito de la vida y su papel como padre. Puede sentir un vacío profundo, una sensación de incompletitud o incluso una desconexión temporal con su camino espiritual. Sin embargo este evento también puede ser un punto de inflexión, un llamado a profundizar en su espiritualidad y a encontrar significado en la experiencia de pérdida.

Ritualizar el adiós, honrar al hijo no nacido y buscar apoyo son pasos esenciales para sanar y restaurar su equilibrio energético y emocional.

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Liberación de bloqueos emocionales y energéticos:
La pérdida de un hijo puede generar bloqueos emocionales como tristeza, culpa, ira o desesperanza, así como desequilibrios en los centros energéticos. La terapia canalizada identifica estas obstrucciones y ayuda a disolverlas, permitiendo que la energía fluya nuevamente con armonía.

Reconexión con el propósito y la paz interior:
Al trabajar desde un nivel cuántico, esta terapia guía a los padres a comprender el propósito de la experiencia desde una perspectiva espiritual más amplia. Esto les ayuda a encontrar sentido y serenidad en la pérdida.

Sanación del vínculo energético:
A través de la canalización, se pueden abordar los lazos energéticos entre los padres y el alma del hijo no nacido. Este proceso permite cerrar el vínculo desde el amor, liberando cualquier carga o apego energético que pueda estar generando dolor o estancamiento.

Apoyo en el duelo:
La terapia brinda un espacio seguro para que los padres procesen su dolor, reconociendo y honrando la experiencia sin juicios. Esto facilita la integración emocional y espiritual de la pérdida.

Liberación y orientación hacia la «luz»:
En ocasiones, el alma no encarnada puede quedar ligada al plano físico debido a la conexión emocional con los padres, hermanos o a la naturaleza repentina de su partida. La canalización ayuda a guiar al alma hacia la luz o el lugar que le corresponda, liberándola de cualquier confusión o apego.

Sanación del tránsito:
La terapia energética asiste al alma en su transición hacia los planos espirituales, asegurando que complete su camino en paz y con claridad.

Facilitación de un nuevo propósito:
Una vez liberada, el alma puede continuar con su viaje evolutivo, ya sea eligiendo una nueva familia o un nuevo propósito de encarnación. Este proceso se acompaña amorosamente durante la terapia.

La terapia cuántica canalizada actúa como un puente entre los planos físico y espiritual, conectándose con las energías superiores y guías espirituales. Durante las sesiones, se pueden recibir mensajes específicos para los padres y para el alma del hijo no nacido, proporcionando claridad, consuelo y dirección.

Los beneficios incluyen:

  • Sanación profunda del duelo emocional.
  • Restablecimiento del equilibrio energético y físico en los padres.
  • Liberación de cargas y culpas.
  • Paz espiritual para los padres y el alma del bebé.
  • Reconexión con el amor incondicional y la confianza en los procesos de la vida.

Al integrar este tipo de terapia, los padres y el alma del bebé no nacido pueden avanzar con mayor liviandad y propósito en su camino evolutivo.

La familia encuentra la paz y recuerda al ser que ha partido desde el amor por el tiempo compartido y libera el dolor por la pérdida.

Aunque vivir un aborto es una experiencia dura, podemos, a través de esta, aprender y evolucionar como padres y madres. Os prepara para una nueva oportunidad de concebir si así de desea.

La terapia energética cuántica canalizada es una herramienta poderosa para ayudar a los padres y madres que han perdido un hij@ en un aborto y al alma de la criatura no nacida. Este enfoque trabaja desde una perspectiva holística, abordando los planos físico, emocional, energético y espiritual, facilitando el proceso de sanación y liberación para todas las almas. 

Si ahora es tu momento, reserva tu cita ahora y recupera la alegría de vivir.

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